Un usuario junto al nodo que une diversos internautas, ayer en Badalona. Foto: ALBERT BERTRAN
Una comunidad de usuarios en Barcelona ha empezado a instalar la primera red de telecomunicaciones gratuita que ofrecerá acceso inalámbrico (wifi) a internet, recursos de bibliotecas, ayuntamientos y empresas. La agrupación Güifi.net, que nació en Osona como una solución a la falta de servicio de telecomunicaciones en muchos pueblos de la comarca, ahora intenta replicar el éxito en la capital catalana. Unos 150 usuarios ya se conectan en el área metropolitana a través de esta infraestructura que se financia con la colaboración de los miembros de la comunidad, coordinada por una potente página web.
Badalona es la localidad metropolitana más avanzada en el proyecto. Unas 120 personas se conectan de manera gratuita entre ellas, comparten recursos y acceso inalámbrico a internet, el servicio más codiciado de la comunidad. Desde Badalona, unos 12 potentes equipos, de unos 1.500 euros cada uno, darán conexión hasta L'Hospitalet. Y a esta autovía de información (no hay peajes) se conectarán los usuarios barceloneses que harán crecer la red.
"Creemos que las comunicaciones son un derecho fundamental y todos los ciudadanos deben tener conexión gratuita sin tener que depender de las operadoras de telefonía", explica Xabier Ballesteros, miembro de la comunidad Güifi.net.
Quien quiera montar un equipo para ampliar la red deberá comprar un router (un equipo de telecomunicaciones sofisticado que envía y recibe información en redes) y una antena, que deberá ser instalada en la terraza de algún edificio alto. De promedio, cada usuario que quiera contribuir a aumentar la red, tendrá que gastar unos 450 euros.
Pero el que no pueda contribuir con un equipo, podrá conectarse con una inversión mucho menor: solo necesitará una tarjeta inalámbrica en su portátil.
RED AUTOREGULADA
Cualquier usuario novato, con solo seguir las instrucciones contenidas en la página de instrucciones de la página http://guifi.net/ca/trespassos, podrá añadir infraestructura a su nodo. Una vez instalado el equipo, es registrado por la red y su ubicación puede ser vista en el mapa. Cuando la red se encuentre avanzada, muchos usuarios podrán conectarse sin coste. "Aunque preferimos usuarios que pongan infraestructura en los tejados para que la red crezca y no pierda calidad", asegura Eduard Carreras, otro miembro de la comunidad.
La práctica es completamente legal, según la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, el ente regulador del sector. Las telefónicas prefieren guardar silencio ante el fenómeno y las redes crecen a ritmo vertiginoso. Hace seis meses, había 1.000 equipos en esta red solidaria. Hoy, la red contabiliza 2.000, principalmente en los pueblos del interior de Catalunya.
"La red es de acceso libre, pero las empresas podrán ofrecer servicios sobre ella. Es una infraestructura comunitaria, pero no impedimos que se pueda hacer negocio con ella", dice Francisco Marjalizo, miembro del grupo que comienza a montar infraestructura en L'Hospitalet.